Agricultura Sostenible: La Clave para Afrontar el Cambio Climático

El cambio climático tiene un fuerte impacto en el recurso hídrico, ya sea en forma de precipitaciones torrenciales o sequías prolongadas, ambas con potencial catastrófico. Se estima que el 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua, afectando sistemas energéticos, urbanos, ambientales y agroalimentarios.

En las zonas agrícolas, el agua se vuelve cada vez más escasa debido a factores como la disminución de los mantos freáticos, variabilidad climática y problemas en las unidades de riego. Por ello, la gestión eficiente de este recurso es crucial para la sostenibilidad de la producción agrícola, afirma el equipo técnico de Cultivando un México Mejor.

Este proyecto, impulsado por HEINEKEN México y el CIMMYT, brinda capacitación y asesoramiento a productores de cebada para establecer la agricultura de conservación, un sistema sustentable que preserva suelos y agua, reduce el impacto ambiental y aumenta la rentabilidad al disminuir los costos de producción.

Es esencial adoptar innovaciones en la agricultura que permitan economizar agua. La agricultura de conservación, por ejemplo, puede lograr un ahorro de hasta el 30% en este recurso. Este método se basa en la mínima labranza, rotación de cultivos y cobertura del suelo con rastrojo. Se recomienda dejar al menos el 30% de los residuos de cosecha, aunque idealmente debería ser superior al 70%, subrayan los técnicos.

Mantener el rastrojo en la superficie del suelo conserva mayor humedad para las plantas y promueve una mayor infiltración del agua de riego. Esto reduce la evaporación, escorrentía y logra una distribución más homogénea de la lámina de riego, además de aumentar la eficiencia de los fertilizantes.

La mínima labranza influye directamente en la humedad del suelo, ya que esta se encuentra en los espacios porosos. La labranza convencional, que implica el movimiento excesivo del suelo, destruye esta estructura porosa, lo que resulta en problemas de infiltración. Por tanto, la agricultura de conservación emerge como una alternativa viable para evitar estos inconvenientes.

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La gestión del agua en una parcela tiene múltiples implicaciones. Monitorear indicadores relativos a este recurso permite optimizar otros aspectos del sistema de producción, como fechas de siembra y decisiones sobre maquinaria pesada. En un contexto de escasez de agua, sistemas como la agricultura de conservación son vitales para una producción sostenible, asegurando recursos para futuras generaciones.