El cobre es un metal suave de color rojizo que se caracteriza por ser muy buen conductor y formar parte de la vida cotidiana de los seres humanos por los múltiples usos que se le dan.
Al ser un metal es común que sólo se le asocie a temas que tengan que ver con la herrería, joyería, electricidad, plomería o a la elaboración de monedas. Sin embargo, este elemento puede encontrarse en los alimentos y en las plantas.
Forma parte de la dieta de los seres vivos, ya que es un macronutriente que permite el buen funcionamiento de los órganos internos y favorece el crecimiento.
Puede encontrarse en distintas nueces (almendras, cacahuates, piñones, avellanas y pistaches), legumbres, papas, champiñones, guayabas y en la mayoría de las vísceras de consumo humano (como el hígado).
En los cultivos, este elemento activa los sistemas enzimáticos de las plantas, forma parte del proceso de fotosíntesis y ayuda al metabolismo de las proteínas y carbohidratos.
Puede encontrarse en la mayoría de los biofertilizantes comerciales que son solubles en agua y/o son de liberación controlada, ya que su implementación trae muchos beneficios que no solo la fortifican, también la hacen crecer.
Es empleado cuando el suelo tiene problemas de fertilidad y no puede brindar los nutrimentos necesarios a los cultivos.
Su aplicación depende de las instrucciones del fabricante y su uso debe estar muy bien controlado, ya que el cobre en exceso puede causar reacciones en el suelo que son contraproducentes (envenenamiento).
También es uno de los ingredientes activos de algunos fungicidas, pues brinda gran protección bactericida y complementa la nutrición de las plantas al ser absorbido por las hojas de estas.
Este efecto bactericida se debe a los iones del cobre que se acumulan en el interior de las células de los hongos o bacterias, causando el mal funcionamiento en las enzimas de estas. De esta manera, las células de los patógenos detienen su reproducción y se extinguen.
Algunas variantes del cobre, como el octanoato de cobre, al mezclarse con otros productos sistémicos funciona muy bien como preventivo. Su ingrediente activo brinda protección para diferentes patógenos.
Esta formulación es muy innovadora en el mercado y puede encontrarse en productos como Cueva, de Summit Agro México, un fungicida que brinda mayor disipación en la hoja, que protege más y por más tiempo.
Es ideal para la protección de patógenos como la cenicilla polvorienta y el mildew velloso. Puedes aplicarlo en distintos cultivos como la calabacita, melón, pepino, sandía, tomate, papa, chile, berrines, algunos árboles cítricos e incluso en banano.
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