Del total de la producción mexicana de maíz, una cuarta parte se reserva para el autoconsumo. Según la Secretaría de Agricultura, hay otros cultivos que se destinan a este fin, como el frijol, sorgo y trigo. Este uso, según la propia secretaría “es todo aquel que se ocupa para satisfacer las necesidades productivas y alimentarias”.
El maíz es la base de la alimentación de los mexicanos. Por lo mismo, su producción se ha mantenido estable durante los últimos 10 años, con un promedio de 23,6 millones de toneladas anuales. De los estados que cultivan este alimento, Guerrero, Oaxaca y Estado de México son los estados que más dedican su cultivo al autoconsumo, en gran medida por la pobreza que impera en ellos, pues es una opción para garantizar que tengan alimento.
Este año la Secretaría de Agricultura publicó en el Diario Oficial de la Federación las reglas de operación del Programa de sanidad e inocuidad agroalimentaria 2020, con el objetivo de brindar un mejor entendimiento para su ejecución con base en los criterios de austeridad del Gobierno de México. Según la ONU, la sanidad agroalimentaria puede ayudar a disminuir el hambre y la pobreza en el mundo, pues previene el desperdicio de cosechas.
Dicho programa forma parte del tercer eje del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, cuyo fin es asegurar la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo, uno de los 25 objetivos de la actual administración. Su objetivo es producir en el país los alimentos básicos y estratégicos que demanda la población.
Para lograrlo, el gobierno creó el organismo Segalmex, es decir, Seguridad Alimentaria Mexicana, que busca favorecer la productividad agroalimentaria así como su distribución para que la población más rezagada del país pueda tener alimentos de calidad nutricional a precios accesibles.
