¿Los sabores pasan de moda? “Es una tendencia que está resurgiendo, sin lugar a duda”, dice Franco Fubini, fundador de la empresa proveedora de frutas y verduras Natoora.
Los requisitos de los supermercados se han hecho cada vez más difíciles de cumplir, las frutas y verduras deben ser realmente deliciosas, además, deben de tener un tiempo de vida útil cada vez más largo.
Con el tiempo de cultivo y las diferentes variedades de frutas y verduras, el sabor ha quedado en segundo plano, es cuestión de tiempo para que se cultiven otros rasgos más importantes y demandados por los supermercados, poco a poco el sabor perderá importancia.
Existen empresas especializadas en productos de temporada que seleccionan por su sabor los alimentos y venden sus productos a restaurantes y tiendas de alta calidad en todo el mundo. Existen agricultores e investigadores que lideran la búsqueda del sabor en los cultivos, utilizan sofisticadas técnicas para producir frutas y verduras que tengan el sabor de las variedades originales, además, luchan por mantener contentos a los supermercados y sus requerimientos.
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Harry Klee, del Departamento de Ciencias Hortícolas de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, está trabajando para entender la composición química y genética del sabor de las frutas y las verduras, centrándose en el tomate.
“El tomate ha sido un sistema modelo a largo plazo para el desarrollo de fruta. Tiene un tiempo de generación corto, grandes recursos genéticos y económicamente el cultivo de frutas más importante en todo el mundo”. Fue la segunda planta cuyo genoma se secuenció completamente una gran ayuda en el estudio de la genética de un organismo.
Existen formas de manipulación genética más aceptadas, por ejemplo, la utilización de CRISPR, la tecnología de edición de genes con licencia de Harvard, el Instituto Broad y el Hospital General de Massachusetts.
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En la mayor parte de América del Norte, América del Sur y en Japón lo producido mediante el uso de esta técnica se considera “no modificado genéticamente”. Sin embargo, en Europa, donde la cuestión de la modificación genética es muy polémica, se considera transgénico y se mantiene bajo una estricta regulación.
