¿Qué es la tecnología CRISPR y por qué puede ayudar al cambio climático?

Como todos sabemos, cada vez son más las empresas, marcas y científicos que se suman a la prevención del calentamiento global. Recientemente, la industria científica advirtió que no será suficiente con dejar de quemar combustibles fósiles que liberan carbono en el aire y, como es prácticamente imposible que la humanidad lo haga tan rápido como se requiere, aseguraron que será necesario tener que extraer el carbono del aire e intentar almacenarlo.

Pero, ¿cómo se puede lograr? Sin duda, a través de las plantas. Consideradas como colectores solares vivos, capturan cada año millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera mediante la fotosíntesis. La mitad de ese carbono va hacia las raíces y, finalmente, al suelo, donde puede permanecer durante miles de años.

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El Instituto Innovative Genomics  ha observado durante años esta primicia y se preguntó lo que pasaría si se crearan plantas y suelos con mejor captura de carbono. Durante 3 años y con una donación de 11 millones de dólares del Instituto Chan Zuckerberg, un equipo de genetistas de plantas, científicos del suelo y ecologistas microbianos comenzaron una investigación utilizando CRISPR para crear nuevas variedades de cultivos que hagan la fotosíntesis de forma más eficiente y canalicen más carbono hacia el suelo. 

Se espera que con el tiempo, se puedan crear semillas de arroz y sorgo editadas genéticamente que podrían extraer del aire más de 1000 millones de toneladas adicionales de carbono cada año alrededor del mundo.

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Durante años, los investigadores han intentado mejorar la fotosíntesis utilizando la ingeniería genética tradicional: introduciendo trozos de ADN de bacterias, o de otras plantas, con rasgos deseables, en los genes que codifican las proteínas que recogen la luz y otra maquinaria bioquímica.

El sistema CRISPR, es diferente pues funciona como un par de tijeras moleculares que los científicos pueden utilizar para realizar ediciones de cortar y pegar en el genoma de un organismo sin introducir ningún tipo de ADN.

Más rápida y precisa que las anteriores técnicas de ingeniería genética, la edición del genoma con CRISPR abre la puerta a rápidos avances