Insecticidas que puedes preparar en casa

Los ingredientes naturales de plantas pueden ser los mejores aliados para el control y eliminación de plagas. Al ser combinados con bases líquidas se pueden crear insecticidas caseros efectivos.

¡Te mostramos 4 insecticidas fáciles que puedes crear en casa!

Insecticida de tomate

Las hojas del tomate verde son ricos en alcaloides que fungen como repelente para orugas y gusanos.

1. Junta 2 tazas de hojas de tomate y cúbrelas con un poco de agua
2. Déjalas reposar una noche o mínimo 6 horas
3. Escurre y desecha las hojas (Puedes agregarlas a tu composta)
4. El líquido resultante, dilúyelo en 2 vasos con agua
5. Colócalo en un atomizador que pueda regularse del chorro y ¡Listo, puede usarse!

Aplícalo durante las noches para evitar quemaduras en las hojas y los tallos de las plantas.

Mantenlo en un lugar fresco y alejado de tus mascotas, ya que puede ser tóxico para ellas si lo ingieren. Puede durarte hasta dos semanas.

Insecticida de ajo

El ajo tiene propiedades antibacterianas y su fuerte olor repele a los insectos.

1. Tritura una cabeza de ajo con 4 o 5 clavos de olor.
2. Agrega poca agua hasta que obtengas una mezcla homogénea y deja reposarla 24 horas.
3. Diluye la mezcla en 3 litros de agua y guárdala en un atomizador.

Rocíalo una vez por semana y aplícalo directamente sobre las hojas de la planta y en su envés. Puede durarte 2 a 3 semanas en un ambiente fresco y ventilado.

Insecticida de cáscara de huevo

Los cascarones de huevo son ricos en calcio que no solo brinda nutrientes a la tierra, también funciona como repelente para caracoles y algunas orugas.

1. Enjuaga los cascarones, eliminado los restos de huevo que pueda tener. Solo utiliza agua, jabón no.
2. Déjalos secar.
3. Una vez secos, tritúralos hasta hacerlos polvo.
4. Esparce el polvo sobre el sustrato de las plantas.
5. Agrega más conforme se vaya degradando el anterior.

Insecticida de lavanda

Las flores de lavanda poseen propiedades odoríficas que mantienen alejados a los mosquitos y a las hormigas.

1. Hierve 300 gramos de flores de lavanda (pueden ser frescas o secas) en 1 litro de agua.
2. Separa la infusión y déjala enfriar.
3. Guárdala en un atomizador de chorro regulable. Puedes agregar flores secas pulverizadas en el recipiente.

Rocíalo en las zonas afectadas de la planta (hojas, tallos e incluso en el sustrato). Hazlo preferentemente en las noches para evitar quemaduras solares.

Mantén la infusión en un lugar fresco o en el refrigerador y te durará en buen estado un mes.