Para que la lavanda pueda ser utilizada y se puedan extraer de ella los diferentes aceites esenciales o se use como pieza decorativa, es necesario someterla a un proceso de secado.
Este paso consiste en la eliminación total de la humedad de la planta y para lograrlo se pueden emplear distintas técnicas, algunas más complicadas que otras.
Algunas de ellas son:
Al aire libre
Dejar la lavanda expuesta, colgada en mecates o sobre una mesa, es la forma más común y económica de hacerlo, ya que el sol y el viento hacen la gran parte del trabajo.
Este método es ideal si se vive en un clima seco y con muy poca humedad. En caso de que haya mucha humedad, es preferible hacerlo al interior, cerca de una ventana.
Si te decides por esta opción, recuerda que debes voltear de vez en cuando las ramas para evitar quemaduras solares en las hojas.
Con ventiladores
Este método es ideal si tienes que secar grandes cantidades de lavanda, solo necesitas un ventilador eléctrico y un cuarto cálido.
Apunta el ventilador de manera que el aire sople por debajo de la lavanda y a los costados, esto hará que la humedad se aleje.
¡Ojo! Nunca apuntes el ventilador directamente sobre las flores, ocasionará que el aire se lleve la fragancia o que las flores se desprendan del tallo.
Con hornos
Otra manera de secar la lavanda es por medio de hornos, pueden ser eléctricos o de gas. Lo importante es cuidar la temperatura, la cual debe estar siempre a 32° C.
Esta técnica es perfecta si solo se utilizarán la flores, ya que por la manera en la que se secan en el interior del horno hace que lo tallos pierdan fuerza y su forma (se aplastan fácilmente o se secan de manera desigual).
Deshidratadores
Esta técnica es la más costosa de todas, ya que estos aparatos tienen precios elevados en el mercado y no son tan fáciles de conseguir.
Si tienes uno a la mano, puedes secar la lavanda ahí. La temperatura a la que debe estar es por debajo de los 46°C para evitar que las flores se quemen o pierdan su forma.
El ventilador no debe estar en la potencia más elevada, sino se perderá la fragancia de las flores y los pétalos pueden despegarse del tallo.