El mulch o acolchado es un tipo de abono que se utiliza para proteger el suelo de las condiciones climáticas mientras se nutre de los desechos orgánicos de los que se compone.
Existen dos tipos de mulching que cumplen con funciones diferentes y se utilizan en distintos tipos de plantas o cultivos.
Mulching orgánico
Como su nombre lo indica, se compone únicamente de materiales orgánicos que se descomponen con el paso del tiempo. A medida que el proceso de descomposición avanza, se va formando una especie de hummus que nutre la tierra y la mantiene fértil.
Estos residuos pueden ser mantillo de hojas, paja, restos de compost, material marrón, aserrín, cortezas de árboles, ramas, recortes de césped o estiércol tratado. Necesitan estar trozados en pedazos pequeños para facilitar y acelerar su pudrición.
Este es el tipo de acolchado más recomendado, ya que aporta muchos nutrientes naturales al suelo y se reduce la cantidad de desechos orgánicos que van a los vertederos de basura.
Aquellos en los que se utiliza corteza de pino protegen muy bien el suelo por la dureza de las maderitas y lo acidifican, por lo que es genial para aquellas plantas o cultivos que requieren de esta cualidad para crecer.
Los que son hechos con restos de ramas trituradas, césped recortado u hojas secas de plantas o árboles, llenan de nitrógeno el sustrato.
Mientras que el acolchado hecho con astillas y cortezas de madera (fácilmente encontradas en madererías, carpinterías o tiendas de muebles) requieren tener una maduración de al menos dos años para que puedan liberar nitrógeno al suelo y no absorberlo.
Esta maduración puede hacerse si se les mantiene resguardadas en un recipiente y no estar expuesto al sol.
Si tienes algún mueble de madera que ya esté viejo y no lo usarás más, puedes triturarlo y utilizarlo perfectamente como mulching, la madera de este ya está madurada. Solo recuerda eliminar las partes de pintura o barniz que pueda tener para no contaminar el suelo.
Mulching inorgánico o mineral
Este tipo de mulch utiliza materiales que no se degradan con el paso del tiempo, pero que contienen nutrientes que son aprovechados por las plantas. Estos nutrimentos suelen ser minerales.
Los materiales con los que se realiza son grava, gravilla, marmolista, arcilla expandida, cerámica triturada, piedras o roca volcánica.
Estos protegen muy bien las raíces de las plantas y les brindan minerales que les ayudarán a crecer grandes y protegidas. Al ser rocas, su liberación de nutrientes es muy lenta, por lo que debes considerar este factor.
Es un buen repelente de insectos rastreros como las babosas o caracoles, ya que las piedras les dificulta el paso hacia las plantas.
Es perfecto para aquellos ejemplares que requieren de suelos con buen sistema de drenaje, como las flores. También es bueno para rellenar los suelos con pendientes o para formar pequeñas barreras alrededor de las plantas para evitar los choques de agua.
Puedes conseguir este tipo de rocas es tiendas de jardinería o casas construcción, o si en tu jardín hay variedad de piedras, también puedes utilizarlas. Recuerda no extraerlas de ecosistemas como bosques, selvas o parques, ya que crearás un desbalance natural en estos entornos.
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[…] Antes de realizarlo, verifica que este tipo de abono es el ideal para tus cultivos y checa si cubrirá sus necesidades. Puedes orientarte leyendo esta nota. […]