El crecimiento de la población ha orillado a incrementar la producción de alimentos para poder cubrir sus necesidades básicas, obligando a los campos a incrementar la producción de alimentos.
Al aumentar la siembra y no dejar que la tierra recupere sus minerales pasada la cosecha, la desertificación o compactación de la tierra es más probable que suceda.
Los daños que la sobreproducción agrícola conlleva es que cada tres segundos se pierde un bosque del tamaño de una cancha de futbol que será convertido en un nuevo campo de cultivo.
Además, junto a la ganadería, son las industrias que más gases invernadero producen (cerca del 23 por ciento) y más agua consumen (aproximadamente el 70 por ciento).
Los campos de cultivo sobreproducidos están considerados como entornos que deben ser restaurados, ya que la flora y fauna nativa que conforman ese ecosistema necesitan sobrevivir en sus condiciones originales.
Como parte de las pruebas de restauración, productores mexicanos participan en el proyecto Cultivando un Mejor México, en el que se comparan dos métodos de agricultura: El tradicional y el de conservación.
El proyecto nació como iniciativa de la empresa privada de cervezas Heineken México con el propósito de guiar a las y los agricultores a reparar los campos en los que se siembra la cebada que utilizan para la elaboración de sus productos.
Se ha podido observar que aquellos campos en los que se utiliza la agricultura de conservación se emplea 20 por ciento menos agua que en el tradicional, ya que la poca revoltura del suelo permite que el líquido se almacene por más tiempo.
Además no se tiene que gastar en fertilizantes, pues se usa el rastrojo como abono natural y mantiene siempre nutrida la tierra.
Joaquín Osornio, especialista en el Centro de Desarrollo Tecnológico Villadiego de FIRA, señaló que la agricultura tradicional necesita mayor inversión económica por el uso de maquinaria y la mayor cantidad de agua que se implementa.
También señaló que la manera más eficiente de preservar vivos los campos de cultivo y restaurar los que están sobreexplotados es implementar métodos de agricultura que requieran poca labranza y utilicen los desechos de la cosecha como abonos naturales.
Del mismo modo, recomendó que se riegue por goteo, ya que este sistema riega constantemente los cultivos y al valerse de la gravedad no requiere grandes volúmenes de agua.
Estos proyectos sirven como ejemplo para que otras y otros agroproductores conozcan que es posible restaurar sus campos a través de sistemas agrícolas amigables con el medio ambiente y que la naturaleza es el mejor abono para los suelos.
Para crear consciencia sobre esta problemática se creó el Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado el 5 de junio de cada año, en el que se divulgan artículos que tienen como objetivo informar a la población sobre los daños al entorno natural y se le brindan soluciones que pueden aplicar para contribuir a la causa.
