Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), trabajan en una alternativa ecológica basada en el uso de la biología y “enemigos naturales” contra plagas y enfermedades de cultivos agrícolas. Tratando de cambiar la idea de que sólo con agroquímicos se puede aumentar la producción y la rentabilidad de los agricultores.
Esta alternativa trata de usar extractos naturales, insectos, bacterias, virus, hongos y nematodos para controlar plagas y enfermedades. Los extractos y aceites vegetales, por ejemplo, a base de neem, tomillo, chicalote, chile, tabaco, ruda, zempazuchilt, ajo, cebolla o epazote, se pueden usar contratrips, pulgón, mosca blanca, nematodos, paratrioza o gusano de fruto.
Otra alternativa es atacar un insecto con uno de sus enemigos naturales o depredadores. Destaca por su alta eficiencia la crisopa (Chrysoperla carnea) y catarinita (Coccinella septempunctata) para control del pulgón, trips, mosca blanca y paratrioza.
En el caso de hongos (entomopatógenos) para controlar las poblaciones de mosca blanca, trips, pulgón y picudo de chile sobresale beauveria bassiana y verticillium lecanii para pulgón, mosca blanca, ácaro y picudo. También hay aplicaciones de metarhizium anisopliae para controlar poblaciones de picudo y palomilla; y bacillus thuringensis para el control de gusanos, trips y paratrioza.
Frente a esta solución el investigador del Campo Experimental Bajío del INIFAP, Salvador Villalobos Reyes, menciona el gran potencial que tienen este método contra estos males en el cultivo de productos orgánicos, sobre todo porque México orienta alrededor del 85 por ciento de estos alimentos a la exportación.
El mercado de hortalizas orgánicas hacia Norteamérica tiene una perspectiva positiva si se considera que al tercer semestre del presente año, en productos convencionales se generaron ingresos considerables para el país por concepto de exportaciones. Por ejemplo, el jitomate representó 1,768 millones de dólares (mdd); pimiento, 1,060 mdd); pepino, 453 mdd), cebolla (316 mdd); y fresa (464 mdd), de acuerdo con cifras del SIAP.
En esta tendencia mundial hacia el consumo de alimentos más sanos e inocuos, nuestro país podría aprovechar esta perspectiva y beneficiar a los 210 mil pequeños productores que cultivan orgánicos, en entidades como Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, Guanajuato, Colima, Baja California Sur, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Veracruz y Sonora, expresa el especialista.
Pimiento ecológico
El investigador del INIFAP, trabaja con el cultivo de pimiento ecológico en invernaderos de tecnología intermedia para el estado de Guanajuato, con el objetivo de posicionar a esta entidad como importante proveedor de alimentos saludables, y sobre todo mantener la calidad física, química y biológica de los suelos, promover el uso eficiente del agua, reducir la contaminación del suelo y aire.
A esto se adiciona, el uso de tecnologías relacionadas como el control biológico que es una de las principales alternativas de solución fitosanitaria, y la asociación y rotación de cultivos promueve la diversidad de enemigos naturales.
Salvador Villalobos expone que en los programas de certificación aparecen las formulaciones a base de microorganismos que pueden ser utilizadas en producción ecológica. En la producción de hortalizas, los productos más utilizados son los insecticidas a base de distintas cepas de bacterias, virus, hongos y nematodos. En el caso de bacterias entomópatogenas, la mayoría pertenecen a Bacillus thuringiensis, la más estudiada y utilizada en todo el mundo.
Por último, el investigador del INIFAP subraya que debido a que las normas de certificación limitan el uso de fertilizantes químicos, proporcionar nuevas fuentes de nutrimentos alternos es una necesidad intrínseca que demanda la agricultura ecológica.