La sandía es una fruta conocida alrededor del mundo, por su sabor y aportaciones nutricionales, ha alcanzado una gran popularidad. Sin embargo, pocos conocen la versión amarilla de esta reconocida fruta.
Esta fruta poco conocida es, en realidad, igual – o casi igual – al ejemplar rojo. Excepto, claro, por el color de su pulpa y algunos detalles que te contaremos más adelante.
Han habido diferentes especulaciones respecto a la razón que provoca la variación de color, se ha dicho que es debido a la polinización, a las características del suelo y la pigmentación del mismo; incluso se ha dicho que este fruto es un híbrido de sandía y calabaza.
Lo cierto es que se debe a una variación genética de las semillas, en que se aumenta el contenido de carotenoides, pigmento vegetal natural que otorga el color amarillo tras la fotosíntesis.
En un inicio se cultivaron en África, ganando una rápida popularidad que movió su producción también a Europa y ahora América; especialmente en Argentina y México.
A pesar de que en términos generales la sandía amarilla aporta los mismos beneficios que la sandía roja, una opinión popular entre los individuos que han intentado hacer una comparación de sabor entre estos frutos, es que la sandía amarilla es más dulce e incluso un tanto más jugosa.
Además, mantiene sus altos niveles en vitaminas A, B y C, así como potasio y propiedades antioxidantes. Gracias a su bajo contenido en calorías y la gran cantidad de agua que la compone, también es ideal para dietas y control de peso.
¡Mira aquí algunas frutas que puedes hacer crecer en macetas! La sandía es una de ellas.