Nuestros líderes nacionales participaron en la Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México. Un logro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue el comercio complementario y los mercados integrados de productos agrícolas que mejoraron la seguridad alimentaria, la sostenibilidad agrícola y la prosperidad de América del Norte. El T-MEC/USMCA/CUSMA construyó sobre esa sólida base al reforzar los requerimientos para la toma de decisiones regulatorias.
Estas regulaciones se basan en fortalecer y modernizar la forma en que la región realiza el comercio, ayudando a promover la inversión. El resultado es el intercambio de productos agrícolas en la región se incrementó de $7.7 (1994) a $67.1 mil millones de dólares hoy (2021), un aumento de 769.7%. México, EE. UU. y Canadá tienen la relación comercial agrícola trilateral más grande del mundo.
“El T-MEC/USMCA/CUSMA proporciona el mejor marco en el mundo para aprovechar esa oportunidad. A través de políticas basadas en la ciencia y el riesgo eficientes, predecibles y que cumplan con las obligaciones internacionales, los mercados de América del Norte pueden adoptar tecnología que promueva la seguridad alimentaria, la sostenibilidad agrícola y la prosperidad rural, así como fomentar una variedad de opciones de alimentos asequibles para nuestros consumidores.”
La preocupación sigue por la seguridad alimentaria e interrupciones en la cadena de suministro y productos agrícolas en todo el mundo, los beneficios del robusto comercio de América del Norte se han resaltado en todo el mundo, por la garantía alcanzada de la seguridad alimentaria regional, esto permite la creación de relaciones sólidas en ámbito comercial y accede también a inversión en la industria.
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Cada vez existe más experiencia en la adaptación de los desafíos del comercio internacional, durante los últimos años, oportunidades para fortalecer el intercambio de productos ha crecido de manera exponencial en los últimos años en beneficio de los consumidores, el medio ambiente y la prosperidad de nuestras comunidades rurales.
A través de políticas basadas en la ciencia y el riesgo eficientes, predecibles y que cumplan con las obligaciones internacionales, los mercados de América del Norte pueden adoptar tecnología que promueva la seguridad alimentaria, la sostenibilidad agrícola y la prosperidad rural, así como fomentar una variedad de opciones de alimentos asequibles para nuestros consumidores.