La desertificación es el proceso por el cual el suelo se degrada, elimina sus minerales y se deshidrata. Al ya no tener estas propiedades, la tierra pierde su fertilidad e incapacita a los ecosistemas el poder regular el suministro de nutrimentos.
Esta problemática está presente en todo el mundo, a excepción de la Antártida, y tiene repercusiones que afectan a los seres humanos, animales, bacterias y especies vegetales (plantas, flores y árboles).
¿Por qué sucede?
La degradación de los suelos se genera principalmente por razones climáticas o por actividades del hombre, como:
- Crecimiento urbano
En las últimas décadas, el aumento en la población mundial ha crecido exponencialmente y sobre poblando las urbes.
Este crecimiento tiene como consecuencia la expansión de las zonas urbanas para la construcción de unidades habitacionales (edificios y casas) y la disminución de zonas naturales.
Los cuerpos de agua (lagos, ríos y lagunas) son entubados para poder ser de uso humano y construir sobre ellos.
- Sobre explotación de recursos
Aunado al punto anterior, para poder cubrir las necesidades básicas de la población mundial es necesario extraer mayor cantidad de recursos.
Los bosques se reducen para poder crear más campos de cultivo, los mantos acuíferos son sobre explotados para tener más agua y la tierra deja de ser fértil por la constante cosecha.
- Contaminación de los ecosistemas
El crecimiento poblacional también trae consecuencias en el ambiente, pues los desechos generados por los humanos y los animales son vertidos en el mar o las zonas naturales se convierten en vertederos.
La contaminación del aire aumenta debido al uso de los automóviles y los residuos de fabricación de las manufactureras.
Estas condiciones terminan con ecosistemas completos al crear un desbalance ambiental y reducen la población animal de los mares.
- Incendios forestales
Los bosques y la vegetación que la conforma son la capa protectora de los suelos, ya que los cuida de las condiciones climáticas como el sol directo, la lluvia o el frío.
Al hacer quemas agrícolas descontroladas se corre el riesgo de que las llamas corran a los bosques y los incendien. Las fogatas en zonas boscosas y su mala extinción también son factores importantes que comienzan incendios.
Al reducirse todo a cenizas, la capa protectora se desvanece y aunque la ceniza este llena de minerales beneficiosos estos no penetran al suelo al estar expuestos al viento o la lluvia.
Al ser deslavados, el suelo queda expuesto y corre el riesgo de secarse por completo.
- Cambio climático
En las últimas décadas, el cambio climático ha sido una de las principales razones de la desertificación de los suelos.
La falta de lluvias y el aumento de las temperaturas en gran parte del mundo han puesto en peligro los ecosistemas y zonas de cultivo, ya que la vegetación no crece, los lagos y ríos se secan, los nutrientes del suelo se pierden y la fertilidad de la tierra se esfuma.
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