La eliminación de la humedad del grano, conocida como proceso de secado, resulta esencial para mantener la calidad de los granos durante el almacenamiento, al impedir la proliferación de bacterias, hongos, insectos y ácaros.
El secado del grano ocurre por la vaporización del agua contenida en el mismo. En general, se distinguen dos tipos de agua en el grano: el agua libre, localizada en las capas superficiales del grano y de fácil eliminación, y el agua ligada, que se encuentra unida a la estructura del grano y resulta más difícil de remover. El proceso de secado tiene como objetivo la eliminación del agua libre y una porción del agua ligada.
Existen diversos métodos para llevar a cabo el proceso de secado de los granos. Entre ellos, el secado mediante la aplicación de aire caliente es uno de los más comunes en la industria. No obstante, para la mayoría de los productores a pequeña escala, el secado al sol constituye el método más frecuentemente utilizado.
Lee también: PRODUCCIÓN DE GRANOS BÁSICOS EN MÉXICO SIGUE CRECIENDO
Para lograr un secado óptimo, es fundamental considerar factores como el contenido inicial de humedad en el grano, la temperatura y la humedad relativa del aire de secado. Estos parámetros se encuentran relacionados y resultan determinantes para la velocidad y el tiempo de secado. En este sentido, a mayor temperatura, se produce una evaporación más rápida del agua y, por consiguiente, un secado más efectivo. Por otro lado, cuando la humedad relativa del aire es elevada, el agua presente en el grano se evapora a menor velocidad.
El secado de granos al sol se beneficia de condiciones de clima seco y soleado, evitando momentos de alta humedad relativa, como después de una lluvia. Un día cálido acelera la evaporación del agua, pero si la humedad del aire es alta, el secado no será efectivo.
Además, las características físicas del grano influyen en el tiempo de secado necesario. La velocidad del aire también es un factor importante, ya que un flujo de aire más rápido reducirá el tiempo de secado. Por lo tanto, para un secado al sol, un día soleado y ventoso es ideal, aunque no excesivamente ventoso para evitar la dispersión de los granos.
Fuente: CIMMYT
