Las raíces son el órgano vegetativo por el cual una planta o cultivo se nutre e hidrata. Estos procesos ocurren específicamente en los pelos radicales y son partes que nunca dejan de crecer.
La poda de nuestros ejemplares conforma un paso fundamental en su mantenimiento, ya que nos permite eliminar anomalías como partes podridas, zonas afectadas por plagas o enfermedades, o simplemente controlar su crecimiento.
Aunque este paso es más común que se realice en árboles frutales, árboles comunes o arbustos, también puede hacerse en plantas sobre todo en las raíces.
¿Por qué debo podarlas?
En ejemplares que se encuentran en macetas, las raíces se aprovechan de todo el espacio disponible y comienzan a aglomerarse (se forma un ladrillo), lo cual dificulta la nutrición e hidratación de la planta.
Puedes realizar un trasplante a un recipiente más amplio, sin embargo, esto implicaría gastar en recursos extras como una maceta nueva, herramienta, sustrato nuevo y abono o fertilizante.
Podar las raíces es una solución mucho más económica y sencilla que permitirá un óptimo desarrollo del ejemplar, el aire circulará mejor y podrá recibir los nutrientes y agua necesaria.
¿Cómo se realiza?
- Con mucho cuidado saca de la maceta tu ejemplar y desenreda poco a poco las raíces. Puedes ayudarte de unas pinzas, un palito de madera o da unos suaves golpecitos para retirar la tierra.
Si este es pequeño, puedes colocarlo boca abajo y trabajar así. Si es grande, colócalo de lado y gíralo.
- Con un cuchillo, navaja afilada o tijeras de jardinería corta las raíces más finas y aquellas que más cerca se encontraban de la superficie de la maceta.
¡Ojo! No vayas a dañar las raíces de madera dura o bulbos, pues son las partes que le brindan soporte y si son dañadas el ejemplar puede morir.
- También quita aquellas raíces que estén en mal estado (secas, podridas o con daños por alguna plaga o enfermedad).Estos desechos pueden ser utilizados para complementar tu composta, solo déjalos secar por completo y añadelas. Las que estén enfermas deséchalas a la basura.
- Si después de estos cortes aún deseas reducir más el tamaño, puedes cortar el cepellón. ¡Ojo! Aquí solo puedes tajar un tercio de su tamaño como máximo, para evitar algún daño.
- Si lo deseas puedes aplicar un fungicida como preventivo o si tu planta está llena de hongos o bacterias.
- Al finalizar, planta de nuevo y riega. Asegúrate de que tu maceta esté limpia y coloca sustrato nuevo.
El viejo sustrato también puedes añadirlo a tu composta.
- Es importante que coloques tu planta en un lugar con semisombra y ventilación moderada los primeros días después de la poda (5 días). Después puedes regresarla a su lugar original.
¡Y listo, tu planta o cultivo está listo para seguir creciendo!
¡Ojo! La poda debe realizarse en el periodo de reposo vegetativo de las plantas, para que estas no se estresen de más. Por lo regular, este periodo se da a finales del otoño y en el invierno.
