En la búsqueda de un futuro con #HambreCero, es esencial reconocer el valor del suelo que sustenta nuestra producción de alimentos. Aunque parezca imperceptible, el suelo alberga agua, nutrientes y microorganismos vitales para esta labor. No obstante, es un recurso limitado; la restauración de unos pocos centímetros puede requerir mil años. Por ello, cuidar nuestro suelo hoy es fundamental para asegurar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en el futuro.
Cada cinco segundos, se erosiona una superficie equivalente a un campo de fútbol. Esta realidad destaca que la erosión, resultado del agua, viento o prácticas agrícolas insostenibles, amenaza el suelo y, por ende, nuestra seguridad alimentaria. Parte de la erosión es natural, pero gran parte se debe a actividades humanas insostenibles, aumentando la tasa hasta mil veces.
Esta erosión tiene repercusiones significativas:
- Limita la Producción de Alimentos Nutritivos: Reduce nutrientes y espacio para las raíces, disminuyendo el rendimiento agrícola hasta un 50%. Los cultivos son de menor calidad, afectando tanto a los agricultores como a los consumidores.
- Degradación de Ecosistemas: Al remover la capa más fértil, se desplazan minerales y nutrientes, degradando ecosistemas tradicionales y privando a comunidades de recursos.
- Impacto en el Suministro de Agua: La erosión reduce la capacidad de retención y filtración del suelo, afectando la calidad del agua y aumentando la frecuencia de inundaciones.
- Daño a Infraestructuras Urbanas: Suelo suelto y erosionado intensifica desastres naturales, afectando tanto a explotaciones agrícolas como a infraestructuras urbanas cruciales.
- Contribuye a la Pobreza y Migración: La erosión agrava el cambio climático, afectando la resiliencia de ecosistemas y medios de subsistencia, provocando desplazamientos.
A pesar de los desafíos, existen avances alentadores. En diversos lugares del mundo, las tasas de erosión han disminuido gracias a prácticas de gestión sostenible del suelo. Construir terrazas y cultivar coberturas protectoras son estrategias efectivas. Trabajando juntos, agricultores, científicos y líderes políticos pueden combatir la erosión del suelo.
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Dado que el 95% de nuestros alimentos proviene del suelo, es imperativo detener su erosión. Nuestra capacidad para alcanzar los ODS y asegurar un futuro con #HambreCero depende de ello.