¿Qué es la desertificación y la sequía?
El 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994 para concienciar sobre la importancia de prevenir y revertir la degradación de las tierras áridas, semiáridas y subhúmedas del planeta. Estas zonas albergan a más de 2.000 millones de personas y son esenciales para la seguridad alimentaria, el agua potable y la biodiversidad.
La desertificación es el proceso por el cual las tierras fértiles pierden su capacidad productiva debido a factores naturales o humanos, como la sequía, la deforestación, el sobrepastoreo o la agricultura intensiva. La sequía es un fenómeno climático que se caracteriza por la falta o escasez de precipitaciones durante un período prolongado, lo que afecta negativamente a los ecosistemas y las actividades humanas.
¿Cómo afecta a México?
México es uno de los países más vulnerables a la desertificación y la sequía, ya que el 65% de su territorio se clasifica como árido o semiárido. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2015 el 77% de los municipios mexicanos presentaban algún grado de sequía. Además, el cambio climático está exacerbando estos problemas, al aumentar la temperatura media, reducir las lluvias y alterar los patrones estacionales.
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¿Qué podemos hacer al respecto?
Ante esta situación, es necesario adoptar medidas urgentes para frenar la desertificación y la sequía, así como para mitigar sus efectos sobre la población y el medio ambiente. Algunas de estas medidas son: promover el uso sostenible y eficiente del agua, restaurar los suelos degradados, conservar y reforestar las zonas verdes, diversificar las fuentes de ingresos de las comunidades rurales, fortalecer los sistemas de alerta temprana y respuesta ante emergencias, e impulsar la cooperación internacional y el intercambio de buenas prácticas.
Algunos datos relevantes
El Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos y las acciones que podemos tomar para proteger nuestro patrimonio natural y garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Para ilustrar mejor esta problemática, a continuación se presentan algunos datos relevantes:
– La desertificación afecta al 40% de la superficie terrestre y al 74% de los pobres del mundo.
– Cada año se pierden 12 millones de hectáreas de tierra debido a la desertificación y la sequía, lo que equivale a perder 23 hectáreas por minuto.
– La desertificación reduce el producto interno bruto mundial en un 4% anual.
– El 52% de las tierras utilizadas para la agricultura están moderada o severamente afectadas por la degradación del suelo.
– Se estima que para 2030 habrá entre 24 y 700 millones de personas desplazadas por la desertificación y la sequía.
Estos datos muestran la urgencia de actuar para revertir esta situación que amenaza nuestra supervivencia y la del planeta.
