La innovación en la protección de la papa contra el tizón tardío ha avanzado significativamente gracias a las investigaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Utilizando especies silvestres de papa del Eje Neovolcánico y el Valle de Toluca, se han desarrollado nuevas variedades resistentes a este hongo patógeno, creando un valioso banco de germoplasma que está marcando la diferencia a nivel mundial.
El Dr. Humberto Antonio López Delgado, investigador en fisiología y biotecnología del Programa Nacional de Papa, destaca la importancia del Banco de Germoplasma in vitro del INIFAP, situado en Metepec, Estado de México. Este banco alberga una colección única de 480 materiales, que incluye clones mejorados y nuevas variedades con resistencia al tizón tardío, complementados con material genético de Alemania, Holanda, Estados Unidos y Canadá.
La innovación en la protección de cultivos mediante el mantenimiento y expansión del Banco de Germoplasma es esencial para enfrentar los retos agroecológicos y climáticos del presente y del futuro. Según el Dr. López Delgado, la constante aparición de nuevas razas de tizón tardío amenaza incluso a las variedades de papa previamente resistentes. Además, la emergencia de enfermedades como el complejo punta morada (zebra chip), causada por la bacteria Candidatus Liberibacter solanacearum y transmitida por el insecto Bactericera cockerelli, subraya la necesidad de diversificar la resistencia genética.
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El banco de germoplasma
El Banco de Germoplasma in vitro del INIFAP opera bajo estrictos controles de luz y temperatura (8 °C) en un cuarto de incubación con fotoperiodo de 16 horas, utilizando un medio de cultivo MS modificado para inducir estrés osmótico y promover la micropropagación. Los 480 genotipos deben ser subcultivados regularmente para evitar su senescencia y pérdida total, con ciclos de subcultivo que varían entre uno y cinco años, dependiendo de la respuesta del material.
Mantener la pureza genotípica de estos recursos garantiza que el INIFAP pueda seguir desarrollando nuevas variedades de papa que resistan el tizón tardío y otras amenazas emergentes como la punta morada. Con esta innovación en la protección, se asegura la sostenibilidad y productividad de los cultivos de papa frente a los desafíos del cambio climático y las nuevas plagas agrícolas.