Los helechos han formado parte de los hogares mexicanos por más de 100 años, no solo porque brindan mucha vida a las casas, sino porque son muy fáciles de cuidar.
Son muy versátiles a la hora de su acomodo, pues pueden colgarse en el techo, colocarse en repisas o ser el centro de mesa.
Sus cuidados
- Los helechos deben recibir luz solar indirecta para que no se vean afectados, por lo que es recomendable colocarlos a un lado de la ventana.
- La temperatura ideal para que crezcan y se mantengan saludables es de 20° C.
- Su riego debe ser cada dos días y siempre debe verificarse que la tierra (especialmente la del fondo de la maceta) se mantenga húmeda.
- A la mayoría de los helechos les encanta la humedad y los baños de los hogares son el lugar perfecto para tenerlos.
- En caso de que se haya decidido ponerlo en el cuarto de baño, el riego debe ser cada 4 días, ya que el vapor de agua y la humedad del mismo baño, mantienen hidratado al helecho.
- Si hay alguna parte de la planta que esté lastimada (tallo u hojas), recorta la zona afectada con ayuda de unas tijeras de podar afiladas.
- Cambia la maceta a medida que el helecho vaya creciendo, esto permitirá que las raíces no se aglomeren (formen un ladrillo compacto) y nazcan hojas nuevas.
- Utiliza un fertilizante, abono o composta después de cada trasplante, esto ayudará a que la planta no recienta el cambio y se mantenga nutrida.
Lo que no se debe de hacer
- Exponer el helecho a la luz solar directa, esto provocará quemaduras en las hojas y hará que se sequen.
- No regarlas, la tierra de las macetas debe estar siempre húmeda.
- Colocarlas cerca del aire acondicionado o la calefacción, ya que estos aparatos resecan el aire y causa daños en las hojas de los helechos.
- Utilizar fertilizantes antes de tiempo, este debe usarse 6 meses después de su germinación.
- No tener un buen sistema de drenaje en la maceta provocará que la planta se ahogue y, por consecuente se seque. Además, el exceso de humedad propicia el crecimiento de hongos y/o bacterias.
Algunos consejos
- En caso de que hayas regado de más, deja secar un poco el helecho (¡Pero nunca en la luz solar directa!) y corta las partes dañadas.
- Por el contrario, si olvidaste regarlo, sácalo cuidadosamente y sumérgelo en un contenedor con agua hasta que se hidraten las raíces por completo. (¡Ojo! No introduzcas el bloque de golpe, esto hará que solo se humedezcan los laterales, dejando el centro seco).
