Flores que puedes crecer en agua

Existen variedades de plantas que, por su estructura interna, necesitan estar húmedas todo el tiempo. El riego constante se vuelve imprescindible para que puedan crecer y sobrevivir.

Ante esta necesidad de agua, es posible reproducirlas en fuentes de agua como: Vasos, tuppers, pequeñas tinas o botellas de plástico cortadas por la mitad.

En Cultiva Futuro te compartimos tres ejemplares que puedes tener siempre en agua:

Jacinto

Son plantas que nacen de bulbos y florecen al alcanzar los 10 centímetros de crecimiento. Sus flores pueden ser de color lila, rosado o blanco.

Necesitan luz solar directa y riego constante, ya que sin la humedad pueden morir.

Para tenerlas en casa, prepara tu recipiente con piedras sin bordes filosos. Después coloca el bulbo, cuidando de no lastimar las raíces.

Agrega agua hasta cubrir la mitad del bulbo y observa cómo crece. Cámbiala cada tercer día para evitar el crecimiento de hongos o que huela mal. 

Nenúfar o flor de loto

Son flores que crecen en zonas pantanosas o en lagunas sin corriente directa. Se caracterizan por la forma circular de sus hojas y sus flores rosadas.

Prosperan en climas cálidos y muy húmedos. Atraen a diversos animales pantanosos como las ranas o sapos, y a polinizadores como las abejas.

Para plantarlo se debe colocarse la semilla en una cama de tierra que apenas la cubra y agregarse agua abundante. Cuando haya germinado se debe liberar el espacio del tallo (Solo los alrededores del tallo) para que la plántula salga.

A medida que vaya creciendo, necesitará más agua y más espacio. Las peceras de cristal son los recipientes perfectos para este ejemplar. Debe recibir luz solar indirecta.

Esta planta nunca debe de sacarse del agua ni trasplantarse a una maceta.

Tulipanes

Son ejemplares que crecen de bulbos y se les identifica por la forma de capullo de su flor. Existen más de 20 variedades de esta especie que se distinguen por sus colores y sus pétalos.

Para tenerlos en casa, solo debes colocar el bulbo en un recipiente con agua, puedes añadirle piedras sin bordes para que el peso de la flor no lo derribe.

Debe mantenerse siempre bajo el agua y tiene que cambiarse cada cuarto día para evitar el crecimiento de hongos o mal olor. Requiere luz solar indirecta y ventilación continua.

Puedes agregar gotas que eliminan el cloro del agua para que crezcan mejor.