Marchitez es el nombre común de la enfermedad que produce el hongo Fusarium oxysporum. Afecta a la producción de más de 100 especies botánicas y de cultivo a nivel mundial, tanto de gimnospermas como de angiospermas.
Entre las variedades patógenas de este hongo; que ha evolucionado y mutado también en cientos de formas; existen ciertas en específico que infectan cultivos como el de la palma de aceite, el tabaco, el tomate, el pepino, la lechuga, los claveles, el algodón y el plátano.
También afecta a las plantas del género Heliconeaceae, que incluye un número importante de especies ornamentales exóticas, como las orquídeas, los plátanos y el jengibre.
Como existe un amplio rango de plantas que pueden hospedar este tipo de hongos, eso significa que la especie desarrolló una extensa gama de mecanismos para vulnerar las defensas de diversas plantas, por lo que el mismo hongo se manifiesta en docenas de especies, variedades y formas diferentes, algunas benéficas y otras patogénicas.
El Fusarium se propaga por el suelo contaminado y restos de plantas infectados. Es posible que la primera cepa de este hongo llegara al continente Americano con maquinaria agrícola traída del extranjero, que fuera transportada por trabajadores agrícolas o turistas ambulantes en hojas de plátano, utilizadas mundialmente para envolver alimentos.
El hongo entra a la planta a través de las raíces y coloniza el sistema vascular del xilema, bloqueando el flujo de agua y nutrientes. La progresión de la enfermedad colapsa el pecíolo de las hojas, después pasa a la rajadura de la base del pseudotronco y, eventualmente, mata a la planta.
Una vez que se ha establecido en un cultivo, el hongo persiste en el suelo por un periodo de tiempo indefinido y no puede ser eliminado usando plaguicidas químicos, por lo que es forzoso reemplazar el cultivo de esa parcela por alguno de una especie que sea resistente al hongo.
