Alrededor del mundo existe una amplia variedad de métodos de cultivo sin suelo, es decir, que hacen crecer a las plantas fuera de su ambiente natural: la tierra. Si bien este tipo de cultivo dispara la producción y reduce la mano de obra, también supone riesgos adicionales, pues prescinde del efecto regulador que provee la tierra.
La hidroponía, en sus diversas modalidades, permite automatizar completamente la fertirrigación, la técnica de disolver los fertilizantes y nutrientes necesarios para la planta en el agua de riego, pero cualquier variación en los niveles de los nutrientes, en la frecuencia del riego o en la salinidad del agua, podría ser mortal.
Una de las preguntas más importantes es cuánto regar y cuándo regar.
Para realizar un control del drenaje se recomienda la aplicación de la siguiente fórmula:
- Conocer la cantidad de agua de riego de entrada.
- Conocer el número de emisores del sistema de riego.
- Conocer la cantidad de agua que drena la planta.
- Calcular el porcentaje de drenaje.
Calidad del agua:
La calidad del agua es un elemento muy importante para la implementación del fertirriego. Es importante evitar una salinización excesiva, y para ello, se recomienda recomienda usar la clasificación de Laboratorio de Salinidad de los Estados Unidos de Riverside, California, que toma en cuenta la salinidad del agua, así como su contenido en sodio. Los tipos de agua se clasifican según esas dos variables.
Salinidad:
C1: Agua de baja salinidad, su uso se recomienda para cualquier riego; podría tener inconvenientes en sustratos de muy baja permeabilidad.
C2: Agua de salinidad media, se puede usar para el riego. En algunos casos podría necesitar de un volumen excesivo de agua y de usar plantas tolerantes a la salinidad.
C3: Agua de salinidad alta, puede usarse para regar plantaciones con sustratos de buen drenaje, necesita usar volúmenes excesivos de agua para lavar el sustrato; necesita plantas muy tolerantes a la salinidad.
C4: Agua de salinidad muy alta; en muchos casos no es buena para el riego. Sólo debe usarse en sustratos muy permeables y con buen drenaje. Sigue las mismas recomendaciones del agua de salinidad alta.
C5: Agua de salinidad excesiva, únicamente se debería usar en casos excepcionales.
C6: Agua de salinidad muy excesiva, no se recomienda su uso en riego.
Sodio:
S1: Agua con bajo contenido de sodio, se puede usar para regar en la mayoría de los casos. Aún así, pueden aparecer inconvenientes con plantas muy sensibles al sodio.
S2: Agua con contenido medio en sodio que puede acumularse en el sustrato.
S3: Agua con alto contenido en sodio, causa un alto riesgo de acumulación de sodio en el sustrato.
S4: Agua con contenido muy alto de sodio. No se recomienda para el riego.
El Mejor Sustrato:
Además de la calidad del agua que usemos para nuestros cultivos de hidroponia, otra parte muy importante es el sustrato. La fibra de coco, por ser un material ligero y con una porosidad muy elevada, por encima del 93%, es una buena opción. Además, presenta cantidades aceptables de agua fácilmente disponible y está bien aireado. Este sustrato tiene un bajo poder tampón (aunque superior a la lana de roca).
Varios países producen fibra de coco, Sri Lanka es el principal productor, aunque dependiendo de su origen, el sustrato de coco puede variar en sus propiedades físicas y químicas.