Agricultura – Bajo luces intensas, unos cubos naranja translúcidos parecen irresistibles, similares a ositos de goma o delicias turcas. Aunque tentadores, no son comestibles, y en el Laboratorio de Morfogénesis de Plantas del Imperial College de Londres, la técnica de investigación Maddalena Salvalaio debe recordar a los visitantes que no los prueben.
Estos cubos están hechos de hidrogel, un material utilizado en dispositivos médicos y pañales. Pero aquí, Salvalaio y el científico Giovanni Sena los utilizan para revolucionar la agricultura vertical.
Este enfoque se enmarca en una tendencia creciente que busca estimular la agricultura mediante la aplicación de electricidad en semillas, cultivos y suelos. La Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. invierte millones en estudios sobre el uso de plasma frío en la agricultura.
Aunque esta práctica evoca la “electrocultura” del siglo XIX, los científicos modernos prefieren términos como “agricultura inteligente” o “cuarta revolución agrícola”. A pesar de las décadas de esfuerzos previos, el uso de electricidad en las plantas ha sido un tema controversial debido a la falta de comprensión sobre su funcionamiento.
Investigadores como López y Volkov han tenido éxito aplicando plasma frío a semillas, logrando aumentos significativos en la cosecha. Este método acelera el crecimiento de las plantas y mejora su resistencia a las plagas.
El plasma parece actuar como un estimulante para las semillas, acelerando su desarrollo y permitiendo un crecimiento más rápido. Además, revitaliza las plantas ya crecidas, lo que sugiere un amplio potencial.
Aunque persisten interrogantes sobre cómo funciona exactamente la electricidad en las plantas, investigadores como el grupo de Sena en el Imperial College de Londres están trabajando para desentrañar el mecanismo molecular detrás de la respuesta de las plantas a los campos eléctricos.
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Este avance eléctrico también plantea la posibilidad de cultivar árboles en espacios con gravedad cero, como la Estación Espacial Internacional.