La Asclepia, coloquialmente conocida como algodoncillo, es una planta perenne originaria de África, Norte y Sudamérica.
Se caracteriza por los pequeños bouquets de flores que crecen al final de sus ramas y sus vibrantes colores, destacándose aquellos con brotes naranjas, rosas o blancos.
A pesar de que estas flores miden apenas un centímetro aproximadamente, producen gran cantidad de néctar y polen.
Existen más de 200 especies, pero las más populares y de las que más ejemplares existen son:
- Asclepias incarnata
- Asclepias ovalifolia
- Asclepias tuberosa
- Asclepias syriaca
La mayoría de estas especies florecen todo el año, sobre todo si se encuentran en zonas cálidas.
Sus flores también tienen propiedades medicinales y son utilizadas por muchos pobladores, especialmente aquellos que residen en comunidades indígenas. Para ellos y ellas esta planta es conocida como “flor mágica”.
- Importancia para las mariposas
Estos ejemplares forman una parte fundamental en el ciclo de vida de las mariposas monarca, pues son la única fuente de alimentación para las orugas de esta especie, brindan energía a las adultas para emprender el viaje de migración y les permiten resistir el periodo de hibernación.
También funcionan como refugio en el momento de la reproducción, ya que cerca de los botones suelen depositarse los huevecillos para garantizarles el alimento.
La supervivencia de estos polinizadores depende de la disponibilidad de la planta hospedera.
En los últimos años, en Canadá y México, el número de algodoncillos ha disminuido notablemente debido a la tala excesiva para la construcción de zonas urbanas o de cultivo.
A consecuencia, la presencia de las mariposas monarca en ambos territorios disminuye al menos 20 por ciento cada año. Para evitar su extinción y que se garantice su seguridad, se han creado diversos proyectos que tienen como objetivo proteger las zonas en las que residen.
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