Seguramente, en más de una ocasión has escuchado hablar sobre las trajineras de Xochimilco. Ya sea porque fuiste como turista a recorrer sus hermosos canales o a alguna celebración con amigos, pero probablemente has visitado este legendario lugar.
Empezaremos por dar un poco de contexto, pues hace miles de años estas islas construidas por el hombre, alimentaban a cientos de miles de personas gracias a la gran técnica de cultivo que nuestros antepasados tenían y la alta fertilidad de sus tierras.
Con más de 1,000 años de antigüedad, muchas personas de Xochimilco siguen conservando las tradiciones de cultivo a mano en chinampas de viejas generaciones. ¿Sabías que las chinampas eran la principal fuente de suministro de alimentos de la ciudad azteca? Gracias a que su suelo era tan rico y las técnicas de cultivo tan eficaces, alimentaban a cientos de miles de personas. Sin embargo, a lo largo de los siglos, la invasión de la ciudad y los cambios culturales, se alejaron de la producción local de alimentos y los redujeron drásticamente.
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Actualmente, todavía existen unos 20 kilómetros cuadrados de chinampas sin embargo sólo un 2.5% se utiliza para la agricultura tradicional. De hecho, aún existen personas que protegen este legado y están dispuestos a conservar esta práctica. Además, si se continúa, esto podría ayudar a mejorar la seguridad alimentaria de la ciudad, así como aumentar su sostenibilidad medioambiental y preservar su profundo patrimonio cultural.
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Pero, ¿en qué consiste el cultivo en chinampas? Hablaremos un poco del legado agrícola en donde, lo que conocemos hoy como CDMX, estaba construido por cinco lagos que abarcaban unos 3,000 kilómetros cuadrados. Fue el pueblo xochimilca quien se dio cuenta del potencial que tenía esta tierra gracias a los pocos metros de profundidad, sus sedimentos casi negros por la materia orgánica y lo que era prácticamente un perfecto fertilizante natural.
La tierra que recogían del fondo de los canales era rica en nutrientes gracias a las heces de los peces y otros materiales orgánicos. Obviamente, no había escasez de agua. Esto desarrolló todo un sistema en el que consistía sembrar las semillas antes de plantarlas, utilizando los fértiles sedimentos del canal en mini camas cerca de los bordes de la isla.
Luego, en un artículo publicado en National Geographic aseguran que, recogían el sedimento fino y lo extendían en una capa de unos 5 cm de grosor y lo dejaban secar. Después, con un rastrillo hacían una cuadrícula de tierra de unos cinco centímetros de ancho. Por último, metían un dedo en cada cuadradito, ponían una semilla y la dejaban crecer durante unas semanas. Cuando estaban listos para plantar el lecho de tamaño completo, rompían los chapines individuales y los trasplantaban.
Además, ¿sabías que las chinampas están protegidas internacionalmente como patrimonio de la UNESCO? Esto se debe a que es una parada básica para las aves migratorias y el hogar de muchas especies locales. Por ejemplo, es el único lugar en la naturaleza en el que se encuentra el ajolote, un anfibio en peligro crítico de extinción y que ha demostrado ser fundamental para la investigación médica moderna.
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