La persea americana, o como comúnmente se le conoce, aguacatero, es una planta que al crecer da de frutos a los famosos aguacates.
Esta especie es originaria de México y Guatemala y tiene diferentes variedades de ejemplares que se diferencian en el aspecto (textura de la piel) y sabor de los frutos.
Estos árboles pueden llegar a medir hasta 12 metros en el suelo y hasta 7 metros en maceta.
Son ejemplares cuyos frutos pueden tardar en salir, sin embargo, la espera siempre vale la pena.
¿Quieres tener tu propio ejemplar en casa? ¡Aquí te explicamos como lograrlo!
Consigue tu semilla
La semilla es el hueso del fruto y sirve cualquiera de la especie que tengas a la mano, solo debe estar en buen estado.
Limpia los restos de fruto que tenga a su alrededor e identifica en qué extremo saldrá la raíz. El lado puntiagudo irá hacia arriba y el redondo hacia abajo, en este último es por donde sale la raíz.
Prepara el soporte
Clava 3 o 4 palillos redondeados en la semilla en trayectoria un poco descendiente. Esto hará que solo la parte inferior de la semilla estará sumergida.
Alista el recipiente con agua
Llena un vaso o un recipiente pequeño con agua para poner la semilla a germinar. Colócala sobre la superficie, asegurándote de que solo la parte inferior esté sumergida (aproximadamente la mitad de la semilla).
Busca el ambiente ideal
Coloca tu vaso en una zona bien iluminada por el sol (luz solar indirecta) y que sea cálido. A los costados de las ventanas son las zonas perfectas.
Cambia el agua de tu recipiente una vez por semana para evitar su pudrición o la aparición de hongos.
Observa su crecimiento
Durante las primeras semanas, las raíces comenzarán a crecer y crearán una pequeña red. Después, el brote comenzará a sacar sus primeras hojas, esta es la señal de que puedes trasplantarlo.
Ponlo en una maceta pequeña con tierra fértil, ligeramente húmeda y abonada (Preferentemente con humus de lombriz). La maceta debe tener un buen sistema de drenaje y tener un Ph de 5 a 7.
Haz un hueco pequeño en donde quepa bien el hueso y recubre bien las raíces con la tierra. Procura dejar la mitad de la semilla y las hojas del aguacate por fuera.
Conforme tu planta vaya creciendo, cambia la maceta por una de mayor tamaño que le permita seguir desarrollándose.
Riega cada que notes que el sustrato se comience a secar, pues la tierra debe estar siempre húmeda. Recuerda que el riego de los aguacates debe ser constante y con poca cantidad de agua.
Cuando tenga un tamaño considerable puedes mantener tu ejemplar en macetas grandes o trasplantarlo al suelo. Los frutos pueden tardar de 5 a 8 años en salir y, en algunas ocasiones, pueden nunca salir dependiendo de la calidad de la semilla utilizada.