Para proteger nuestros cultivos de condiciones abióticas, es decir, agentes externos que amenacen a nuestras plantas como enfermedades, sequías o cambios bruscos en las temperaturas.
Para lograrlo, se pueden usar bioestimulantes, son sustancias que estimulan los procesos naturales de la planta para que pueda absorber nutrientes de mejor manera y tener mayor resistencia a esos agentes abióticos.
- Mayor rendimiento. Por sus beneficios, los bioestimulantes incentivan los procesos metabólicos de las plantas acercándolas a condiciones ideales de cultivo.
- Mejores frutos. Al tener plantas más sanas, también obtenemos mejores cosechas. Los resultados se notan en frutos más grandes, con más azúcares y una maduración más homogénea.
- Menor uso de agua. Algunos bioestimulantes ayudan a soportar la falta de riego pues retienen la humedad del suelo.
- Optimizan el uso de fertilizantes. Como las plantas absorben más nutrientes, los fertilizantes se aprovechan mejor y reducen la pérdida por lixiviación.
- Conservan y cuidan el suelo. Liberan elementos bloqueados del suelo, al hacerlos más solubles, lo que incrementa el intercambio catiónico del suelo.
Por todos estos beneficios, los bioestimulantes permiten conseguir cosechas de mayor calidad, con alimentos más sanos, lo que significa ofrecer mejores productos a la sociedad.