Los suelos mejoran la seguridad alimentaria y generan resiliencia ante inundaciones y sequías.
Los suelos son el fundamento de la vegetación y la agricultura, es un ecosistema formado por fracciones: sólida, líquida y gaseosa, siendo la base de alimentos, forraje, fibra, combustible, etc. almacenando una cuarta parte de la biodiversidad del mundo.
Además, desempeñan un papel clave en la captura y almacenamiento de agua limpia, a través de la infiltración del agua que atrapa los contaminantes impidiendo que se filtren en el agua freática. Poniéndola a disposición de los cultivos para su absorción, reduciendo la superficie de evaporación para maximizar la eficacia y productividad del uso del agua.
Los suelos sanos con alto contenido de materia orgánica pueden almacenar grandes volúmenes de agua. Esto es clave para mantener la producción alimentaria mientras se mejora la resiliencia ante inundaciones y sequías.
Una mejor gestión de la humedad del suelo es primordial para la producción sostenible de alimentos. Algunas de las técnicas agrícolas y de manejo de tierras pueden mejorar la retención de humedad del suelo, por ejemplo:
- Cubiertas de residuos, cultivos de protección y cobertura del suelo con material orgánico.
- Agricultura de conservación
- Riego de precisión basado en los conocimientos
- Labranza de conservación
- Captura de la escorrentía de terrenos adyacentes
- Labranza cero
- Captación de agua pluvial
