Las suculentas son (cactáceas) que poseen una belleza peculiar por la forma y grosor de sus hojas, y su manera amontonada de crecer.
Su variedad en colores las hace muy versátiles en su acomodo, ya que brindan armonía a los espacios. Pueden ser de distintos tamaños, que van desde las miniaturas a las grandes.
Además son muy resistentes a los cambios de temperatura y su mantenimiento es sencillo.
Sus cuidados
Exponlas a la luz solar
Las suculentas son plantas que pueden ser de exterior o de interior, pues se adaptan fácilmente al ambiente. Sin embargo, la luz del sol es algo que no les puede faltar.
Si las tienes en el exterior, recibirán la luz directamente, solo ten cuidado de no salpicar las hojas al momento de regarlas para evitar quemaduras.
En caso de estar dentro de nuestro hogar, es recomendable colocarlas a un costado de las ventanas.
Recuerda girar la maceta para asegurarte que todas las partes de la suculenta reciban sol. Puedes hacerlo cada dos o tres horas al día.
Asegúrate de que crezcan en el suelo correcto
Estas plantas no son fanáticas de la humedad, es por eso que la tierra de sus macetas deber ser porosa y/o arenosa para garantizar el drenado completo del agua.
Riégalas correctamente
El riego de las suculentas debe ser abundante, pero no a menudo, por lo que se recomienda hacerlo una vez cada quince días.
Durante el invierno se tiene que reducir la frecuencia, puedes regarla cada 20 o cada 22 días.
Debe ser localizado, para evitar el desperdicio de agua y salpicaduras en las hojas. Las regaderas de cuello largo y estrecho o las jeringas son ideales para este trabajo.
Colócalas en espacios ventilados
Las corrientes de aire favorecen al crecimiento de las suculentas y evitan que insectos voladores se reproduzcan en ellas.
Utiliza abono
Usa fertilizantes orgánicos en tus suculentas para mantener la tierra nutrida. Sobre todo durante el invierno, que es cuando más nutrientes pierden.
Se recomienda hacerlo una vez al mes, justo después de darle mantenimiento.
Lo que no debes hacer
- Exponerlas al frío
Las suculentas son resistentes a los cambios de temperatura, sin embargo, no sobreviven en temperaturas muy bajas.
Es recomendable, mantener sus macetas en climas templados durante el invierno y no regarlas con agua helada.
- Colocarlas cerca de calefacciones o aire acondicionado
Estos aparatos modifican el aire del ambiente y le quitan propiedades (como la humedad), resecando y quemando las hojas de las suculentas.
- No limpiar las hojas
Al ser ejemplares de luz, están expuestas a los rayos solares la mayor parte del tiempo. Si las hojas están sucias o salpicadas de agua, pueden provocar quemaduras que dañan la estructura y apariencia de la planta.
- Regarlas de más
Las suculentas no toleran la humedad y su estructura interna no puede almacenar cantidades grandes de agua. Regar en exceso provocaría la muerte de la planta o la pudrición de su interior.