Es un fenómeno biológico por el cual las plantas se comunican entre ellas o con otros organismos (insectos) mediante compuestos químicos.
Funciona cuando los tejidos vegetales segregan uno o más compuestos bioquímicos (olores, sueros o aceites esenciales), estas sustancias son conocidas como alelo químicos e influyen en su crecimiento, supervivencia o reproducción.
También sirven como señales de desviación, es decir, tienen efectos repelentes, antialimentarios tóxicos, repulsivos y/o alteran el comportamiento sexual de algunos insectos (evitan que se establezcan en los cultivos o plantas y se reproduzcan).
Trae consigo beneficios como la aportación de nutrientes entre plantas y la protección de plagas, especialmente las de insectos.
Este proceso es muy utilizado en la agricultura ecológica, ya que los beneficios de protección son extraídos directamente de la naturaleza y no viola los principios del no uso de químicos artificiales que puedan alterar o dañar la estructura del suelo.
Los ejemplares más utilizados son:
Tomillo
Se debe plantar dentro del cultivo, es decir, muy cerca de las plantas a proteger. Repele zancudos, bacterias y estimula la fauna natural.
Menta
Se planta junto a los cultivos para brindar nutrientes. Ahuyenta a moscos, gusanos tierreros, polillas y protege de los ataques de pulgones.
Ruda
Se siembra en los linderos de los cultivos y sirve como una trampa para atrapar a moscas negras o moscas de fruta.
Frijol Cannavalia
También se siembra en los linderos de los cultivo y funciona como repelente de hormigas arrieras.
Manzanilla
Se siembra en compañía de los cultivos, ya que funciona como un fijador de nutrientes y estimula el crecimiento.
Caléndula
Funciona como repelente de nematodos.
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