Después del alto de la mayoría de las actividades económicas debido a la contingencia sanitaria por COVID-19, la recuperación en América está avanzando a pasos agigantados.
Esta es la oportunidad ideal para impulsar una recuperación económica sostenible y que se preocupe por el cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Alianza para la Resiliencia Climática Rural en América Latina y el Caribe y la Fundación Futuro Latinoamericano se unieron para llevar a cabo un estudio que pruebe que la reactivación puede realizarse de esta manera.
En esta investigación se estudiaron 11 políticas públicas de rescate y recuperación económica en contexto de pandemia para analizar las interacciones entre la recuperación y la resiliencia climática en los sistemas agroalimentarios.
Recomendaciones
De acuerdo a sus hallazgos, estas organizaciones aconsejaron a las autoridades de los países latinoamericanos:
- Hacer una transición de los modelos agrícolas tradicionales a prácticas que tengan como eje rector la gestión sostenible de los recursos naturales, la restauración de ecosistemas y la biodiversidad.
- Condicionar las políticas de recuperación y rescate a la adopción de prácticas agrícolas resilientes.
- Priorizar prácticas sostenibles que se enfoquen en la restauración de ecosistemas, buen manejo de recursos hídricos, diversificación de los suelos, entre otros.
- Aprovechar las innovaciones tecnológicas para enfrentar el cambio climático y sus impactos.
- Incrementar el uso de energías renovables, produciendo energía de biomasa a partir de desperdicios de alimentos y la gestión del estiércol.
- Utilizar el riego por goteo.
De esta manera, la recuperación será amigable con el planeta y beneficiará a las naciones en distintos aspectos: el económico y el ambiental.