A finales del mes de septiembre del año 2020, un grupo de científicos descubrió una serie de nuevos hoyos en la capa de ozono concentrados cerca de las grandes urbes.
En su investigación por saber el origen de su existencia y tomando en cuenta la disminución en la producción de CO2 debido al resguardo del mundo por la pandemia, se percataron de que el problema radica en el aumento en el uso de dispositivos electrónicos y plásticos desechables.
Se incrementaron las horas en las que los computadores, celulares, tabletas electrónicas y televisiones son utilizados, ya sea para mantenerse entretenidos viendo maratones de series o películas, teniendo juntas virtuales o buscando alguna forma de contacto con nuestros allegados.
Según estudios realizados por las compañías Cisco y Zoom, revelaron que una videollamada produce alrededor de 59 kilogramos de dióxido de carbono y un correo electrónico genera aproximadamente 60 gramos.
Gabriela Jiménez, investigadora del Instituto de Ecología, comentó que un mensaje de texto o un correo electrónico al enviarse, genera contaminación y entre a más destinatarios se mande o entre más pesado sea el archivo más contamina.
También recalcó que aunque los correos o mensajes no sean tangibles, se almacenan en algún servidor, que al mantenerse en funcionamiento generan contaminantes.
Como recomendación explicó que se deben reducir las horas de uso de estos dispositivos y busquemos pasatiempos para entretenernos que sean más ecológicos. Del mismo modo, sugirió vaciar nuestros dispositivos de la nube de los correos electrónicos o mensajes que no deseemos para evitar que sigan contaminando mientras siguen almacenados.
