Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en colaboración con instituciones académicas como la UNAM y la Universidad de Aarhus (Dinamarca), se ha centrado en evaluar cómo los pesticidas y los productos basados en microorganismos (PBM) afectan a la microbiota del suelo en cultivos de maíz y cebada bajo agricultura de conservación. Esta investigación tiene implicaciones importantes para la agricultura sostenible, ya que aborda el delicado equilibrio entre el uso de insumos agrícolas y la salud biológica del suelo.
El estudio fue realizado en las instalaciones experimentales del CIMMYT en Texcoco, Estado de México, donde se evaluaron los efectos de distintos tratamientos aplicados a las semillas. Entre ellos se incluyeron pesticidas tradicionales y productos microbianos benéficos, con el objetivo de observar cómo interactuaban con las comunidades microbianas del suelo y las raíces de los cultivos durante el ciclo de crecimiento.
Uno de los hallazgos más importantes es que los pesticidas y los tratamientos con PBM, que son comúnmente utilizados para controlar plagas y promover el desarrollo de las plantas, tuvieron un impacto mínimo sobre la microbiota del suelo. Esto sugiere que estos insumos podrían ser utilizados de manera segura en sistemas agrícolas que priorizan la sostenibilidad, como la agricultura de conservación, sin comprometer la biodiversidad del suelo.
Agricultura de conservación: un contexto clave
La agricultura de conservación se basa en tres principios fundamentales: la labranza mínima, la cobertura permanente del suelo y la rotación de cultivos. Estos métodos promueven la salud del suelo, incrementan la biodiversidad y ayudan a mitigar los efectos del cambio climático. En este contexto, los científicos buscaron entender cómo los pesticidas y los tratamientos con microorganismos podrían alterar o mantener el equilibrio microbiano en suelos manejados bajo estas prácticas.
Simon Fonteyne, líder de Agronomía para América Latina de CIMMYT, explicó que el objetivo del estudio era identificar los mejores tratamientos de semillas sin comprometer la salud del suelo. “La principal conclusión es que tanto los tratamientos biológicos como los químicos de las semillas tuvieron un efecto mínimo sobre la vida del suelo, lo que indica que podrían utilizarse para proteger las plántulas sin generar un gran impacto ambiental”, afirmó.
Resultados clave del estudio
El estudio reveló que, a lo largo del ciclo de crecimiento de los cultivos, las comunidades microbianas del suelo y las raíces se mantuvieron estables, incluso con el uso de pesticidas y PBM. Solo se observó una reducción en la infección por Polymyxa, un patógeno del suelo, en las raíces de cebada, mientras que en el maíz no hubo cambios significativos en la microbiota.
Este hallazgo es relevante para los agricultores que buscan adoptar prácticas más sostenibles sin comprometer la protección de sus cultivos.
Implicaciones para el futuro de la agricultura sostenible
Este estudio no solo proporciona una comprensión más profunda de la interacción entre insumos agrícolas y sistemas biológicos del suelo, sino que también abre nuevas vías de investigación sobre cómo los microorganismos y pesticidas afectan a largo plazo la biodiversidad y la salud del suelo. Los investigadores destacan la necesidad de continuar explorando estos efectos para maximizar los beneficios de la agricultura de conservación, especialmente en regiones donde la degradación del suelo y el cambio climático son amenazas constantes.
Para leer el estudio completo y conocer más detalles sobre los hallazgos, consulta el artículo original publicado por los científicos del CIMMYT y colaboradores aquí: Quiero saber más
Foto: Cultivo de maíz con agricultura de conservación. (CIMMYT)