La materia orgánica desempeña un papel esencial en la calidad y salud de los suelos agrícolas. Factores como los niveles de carbono, la presencia de ácidos húmicos (derivados de la descomposición de la materia orgánica y beneficiosos para el crecimiento de las plantas) y la glomalina son indicadores clave del estado de los suelos y su relación con la materia orgánica.
La glomalina, en particular, es una proteína que juega un papel crucial en la simbiosis entre las plantas y ciertos hongos benéficos. Esta sustancia pegajosa tiene efectos positivos en las propiedades físicas y químicas de los suelos, ya que promueve la formación de agregados, una etapa fundamental en la formación del suelo.
Según los investigadores de la plataforma de investigación en Soledad de Graciano Sánchez, en San Luis Potosí, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), “el contenido de glomalina actúa como un indicador biológico del mejoramiento en la calidad del suelo promovido por la agricultura de conservación”.
Resultados Reveladores: Agricultura de Conservación y Glomalina.
Para evaluar el impacto de la agricultura de conservación en los niveles de glomalina en el suelo, los investigadores llevaron a cabo un estudio que incluyó siete tratamientos diferentes, que iban desde prácticas convencionales como el barbecho más rastra hasta enfoques de labranza cero con diferentes porcentajes de rastrojo como cobertura del suelo.
Los resultados revelaron que después de 25 años continuos de prácticas de agricultura de conservación, se logró un aumento del 34 % en los niveles totales de glomalina en comparación con la práctica convencional del barbecho más rastra. Este incremento de la glomalina condujo a una mejora significativa en la estructura del suelo y alentó un desarrollo más saludable de las raíces de los cultivos, lo que resultó en rendimientos de maíz superiores a 10 toneladas por hectárea, en contraste con las 6.5 toneladas por hectárea obtenidas mediante el método tradicional de barbecho más rastra.
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Además de estos beneficios, el aumento de la glomalina como resultado de la agricultura de conservación es relevante porque esta proteína también está asociada con el almacenamiento de carbono en el suelo. De hecho, se están llevando a cabo programas de investigación que consideran la glomalina como una opción para medir la cantidad de carbono presente en el suelo en el contexto de programas de comercio de créditos de carbono.
