El cultivo de espárragos, vital para la economía agrícola nacional, enfrenta una serie de desafíos fitosanitarios que requieren atención inmediata. Entre estas amenazas se encuentra el gusano cogollero, una plaga con bajo índice de incidencia pero de alto impacto destructivo en diversos cultivos.
Ante este panorama, la colaboración entre la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y los productores de espárragos se ha fortalecido. Se han establecido medidas con el objetivo de salvaguardar la integridad de este preciado cultivo y garantizar su competitividad en los mercados nacionales e internacionales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha identificado al gusano cogollero como una de las principales amenazas para la seguridad alimentaria global. Aunque su principal hospedero es el maíz, su capacidad de adaptación lo convierte en un peligro latente para más de 80 cultivos.
¿Cómo combatir la plaga?
En una reciente reunión, encabezada por el Director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), Javier Calderón Elizalde, se discutieron estrategias conjuntas para combatir esta plaga. Participaron productores, importadores, exportadores y representantes diplomáticos, destacando la importancia de la cooperación internacional en materia fitosanitaria.
México, comprometido con las normativas internacionales, sigue de cerca las regulaciones fitosanitarias establecidas por sus socios comerciales. Entre las medidas impulsadas se encuentra la gestión ante la autoridad sanitaria de la Unión Europea para implementar el Certificado Fitosanitario Electrónico (ePhyto). Este proceso, respaldado por el SENASICA, garantiza la trazabilidad y seguridad de los productos agrícolas mexicanos en los mercados internacionales.
LEE TAMBIEN: MÉXICO, PRIMER EXPORTADOR MUNDIAL DE ESPÁRRAGO FRESCO
En conclusión, el fortalecimiento de medidas fitosanitarias es crucial para proteger el cultivo de espárragos y asegurar su sostenibilidad a largo plazo. La colaboración entre productores y autoridades es fundamental para enfrentar los desafíos que amenazan la seguridad alimentaria y la economía agrícola del país.