Diversos cultivos tienen la capacidad de producir frutos y flores al mismo tiempo, dándonos la oportunidad de poder aprovecharlas y consumirlas en distintos platillos.
Al ser ejemplares pequeños se tiene la falsa creencia que no contienen muchos nutrientes o que su sabor siempre será dulce, sin embargo, esto es falso.
La mayoría de las flores comestibles nos aportan grandes cantidades de hierro y vitamina A. Además son ayudantes en el proceso de la digestión y disminuyen la inflamación.
Algunas de las flores comestibles mexicanas son:
Flores de colorín
Son pequeñas vainas delgadas de color rojo o naranja vibrante que nacen en el árbol de zompantle y florecen en los meses de marzo y abril.
Este ejemplar crece naturalmente cerca de ríos o terrenos de viga y es muy amado por las comunidades mexicanas por sus cualidades medicinales y gastronómicas.
Son una gran alternativa para aquellas personas que llevan una dieta vegetariana o vegana, ya que al cocinarse asemejan el sabor de la carne de res. En Michoacán y Oaxaca tienen gran relevancia en su cocina.
Flor de calabaza
Una de las flores más populares y amadas por los mexicanos por su suave sabor y versatilidad al cocinarse.
Resalta por su color amarillos vibrante, ser crocante al morderse y tener un sabor ligeramente dulce.
Es el relleno ideal de quesadillas, el complemento perfecto de muchos guisados y el toque fresco de muchas ensaladas.
Es consumida en todos los estados del país, sin embargo, es más común encontrarla en la parte central de México.
Flores de palma o de izote
En las palmas crecen unas pequeñas, pero voluminosas, flores de color blanco. Se caracterizan por asemejar la forma de una nube cuando están aglomeradas.
La principal manera de guisarlas es hervirlas en caldo de pollo, cocinarlas con cebolla y jitomate, y sazonarlas con sal. Esta preparación se utiliza para rellenar chiles poblanos o pimientos marrón.
Se utilizan como sustituto para la verdolagas, aunque su sabor es un poco más fuerte.
Flores de maguey
Estas flores crecen en el “escapo” del maguey y tienen una coloración amarilla y verde vibrante. Se les suele confundir con los azahares, pues cuando están desgranadas se les asemeja.
Pueden comerse crudas en ensaladas o guisadas para rellenar enchiladas o quesadillas. Cuando esta flor se cocina y sazona, su sabor asemeja al del pollo.
Se consumen principalmente en Hidalgo, Tlaxcala y Estado de México.
Flores de jamaica
Este ejemplar floral es sin duda el más popular en todo México y el más querido por toda la población.
¡Las maneras de consumirse son muchísimas! Puede hervirse para preparar agua fresca o té, es el sustituto ideal para la carne de res, es una gran botana baja en calorías y es una alternativa para los chabacanos en la elaboración de chamoy.
Es consumida en todos los estados del país y su popularidad es tal que traspasa las fronteras internacionales.