Es cierto que los dos elementos más importantes para mantener a nuestras plantas sanas son: suficiente luz solar y un riego adecuado. Sin embargo, cada planta es diferente, y algunas veces, en nuestro esfuerzo por cuidar bien de ellas, abusamos de la exposición al sol o de la periodicidad del riego.
Por esto, aquí te compartimos algunas señales de que tus plantas están siendo regadas en exceso, y qué debes hacer para que recuperen su salud.
- Hojas amarillas y blandas
Una señal que puede confundirse con la falta de riego, son las hojas ‘tristes’. Es cierto que las plantas pueden mandar esta señal cuando necesitan agua, pero cuando se trata de exceso de riego viene acompañado con hojas amarillas – o de un verde amarillento – pero no secas.
- Brotes marrones
Si el exceso de riego continúa, los brotes nuevos de la planta nacerán de color marrón y las hojas comenzarán a caerse. La planta se volverá todavía más flácida y débil.
- Presencia de moho en los tallos
La humedad constante en la tierra, las raíces, la maceta y la planta en general, puede propiciar el desarrollo de moho. Esto se da cuando el riego ha sido excesivo durante mucho tiempo, y es urgente que se trate a la planta para salvarla.
¿Cómo salvar a mi planta?
Las raíces podridas son un problema muy grave para cualquier planta. Por eso es muy importante que investigues cuáles son las necesidades de cada una de tus plantas, y que tengas un sustrato sano y con un buen filtro.
Si el riego excesivo se ha dado durante poco tiempo, y apenas ha mostrado la primera señal de debilidad, será suficiente con disminuir el riego. Tu planta sola comenzará a fortalecerse y en semanas la verás verde y radiante.
Ahora bien, si tu planta ya está mostrando signos más graves de podredumbre tendrás que seguir los siguientes pasos.
- Poda las flores, frutos y nuevos brotes. Esto ayudará a que tu planta pueda concentrar toda su energía en mantenerse con vida.
- Después, con mucho cuidado, saca la planta de la maceta tomándola desde el tallo. Una vez con las raíces expuestas, retira el exceso de tierra y húmeda y déjalas secar durante cinco horas.
- También deberás deshacerte de la tierra de la maceta, que podría estar infectada con moho. Prepara sustrato nuevo para tu planta.
- Algunas de las raíces estarán podridas, así que tendrás que cortarlas con cuidado. Las raíces sanas son blancas y firmes. Si son blandas, oscuras y tienen mal olor, quiere decir que están podridas.
Después de realizar esto, podrás volver a poner tu planta en una maceta con sustrato rico en nutrientes y con buena aireación.
