La flor de cempasúchil, arraigada en la tradición mexicana del Día de Muertos, se ha ganado un lugar destacado a nivel global. En países como India, China y Perú, se concentra la producción de cempasúchil, principalmente por sus pigmentos ricos en carotenoides que otorgan un distintivo color anaranjado. Estos pigmentos son utilizados en la industria alimentaria para dar color a la yema de huevo, pastas y otros productos.
Esta flor tiene usos más allá de su atractivo visual y su comestibilidad. Se emplea en la elaboración de saborizantes y aromatizantes, y encuentra diversas aplicaciones en la industria y el ámbito médico. Asimismo, se aprecia como flor ornamental en Estados Unidos, Europa e India, donde se cultiva extensamente para decorar festivales religiosos y eventos festivos, especialmente en la festividad hindú de Diwali.
Adaptación de Productores a Escenarios Hídricos Limitados.
El cempasúchil encuentra un valioso uso en la agricultura, siendo una alternativa viable en zonas con limitada disponibilidad de agua, ya que requiere menos riego que otros cultivos. Además, actúa como un eficiente abono verde, mejorando las condiciones del suelo y proporcionando refugio a insectos beneficiosos. También contribuye al control de malezas y protege contra la erosión como cubierta vegetal.
Esta planta anual prospera en climas cálidos y soleados, tolerando sequías moderadas y necesitando suelos bien drenados. Su introducción, junto con otras especies de menor necesidad de agua, busca preparar a los productores para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Más allá de los beneficios agronómicos, la venta de flores en el Día de Muertos representa un ingreso adicional para las familias productoras y diversifica la rentabilidad de sus parcelas. También fortalece tradiciones y fomenta el turismo, convirtiendo las parcelas de cempasúchil en auténticos jardines naranjas en un contexto de clima cambiante.
Por su capacidad insecticida, larvicida y nematicida, la planta se considera una opción en el control de plagas y enfermedades. Se ha observado que en rotación con maíz en tierras templadas, con antecedentes de gallina ciega, reduce significativamente las poblaciones de este insecto. Además, se pueden elaborar bioplaguicidas y repelentes a partir de esta emblemática planta.
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En términos de control de plagas, la raíz es la parte más efectiva. Diversos métodos pueden emplearse para utilizar la planta, desde la creación de abonos orgánicos para el control de nematodos hasta la obtención de extractos y polvos a partir de diferentes partes de la planta.
Fuente: CIMMYT.