Las diferentes técnicas de riego también se pueden aplicar a las plantas de interior, y aunque parezca que es una tarea sencilla, se le debe dar la importancia necesaria para garantizar la hidratación y supervivencia de nuestras plantas.
Conocer las necesidades y cuidados de nuestros ejemplares (cada cuando se deben regar, cómo se comporta después del riego, si les gusta la humedad o no, etc.) nos permitirán elegir un método que se adapte a estos.
Maneras de regar nuestras plantas
- Riego por abajo
Consiste en llenar con agua un plato o recipiente no tan profundo para después colocar la maceta encima de este. De esta manera, la planta absorberá el agua necesaria a través de los huecos de drenaje.
Cuando la planta se haya hidratado (Se puede comprobar a través de la humedad de la tierra), debe retirarse el exceso de líquido para no dañar ni ahogar a nuestra planta.
- Riego por arriba
Con esta técnica se vierte directamente el agua sobre el sustrato, la cantidad debe ser medida para garantizar que se humedezca por completo la tierra (sobre todo el fondo).
Se tiene que tener cuidado al emplearla y establecer la cantidad de agua que nuestra planta necesita, esto evitará que se riegue en exceso.
- Riego por inmersión
Este método consiste en llenar un recipiente amplio y un poco profundo con agua, en el que se sumergirá la planta en su maceta, solo hasta cubrir la tierra. Hasta que dejen de salir burbujas o pasados 10 minutos, retírala y déjala escurrir.
Es importante recordar que la maceta debe sumergirse poco a poco, no de golpe, pues así se garantiza la absorción del agua.
Está técnica es muy eficaz para revivir tus plantas cuando has olvidado regarlas.
Algunos consejos
- Verifica la humedad
Introduce tus dedos o un palito de madera 2 centímetros desde el sustrato, con cuidado para no dañar las raíces y los tallos. A través del tacto sentirás si la tierra esta húmeda o no, si es por medio del palito, te darás cuenta que necesitas regarla si este sale completamente seco y no se le pega la tierra.
- Utiliza las herramientas adecuadas
Las regaderas de cuello estrecho y largo permiten localizar el agua únicamente en el sustrato de las plantas. Muchas de ellas están graduadas con medidas que te ayudarán a calcular mejor la cantidad de líquido que se necesita.
Aquellos utensilios con boquilla de lluvia (con muchos agujeros) propician las salpicaduras en las hojas y tallos, que pueden dañar la estructura y apariencia de nuestra planta.
- Observa su comportamiento
La apariencia y movimiento de nuestra planta nos permite conocer si los cuidados que le estamos dando son los adecuados. Por ejemplo, si después de regarla, está erguida, quiere decir que la cantidad de agua ha sido suficiente.
Del mismo modo, el color de las hojas o los tallos son indicadores. Las tonalidades amarillas o verdes claras son una señal de que hemos regado de más.
- Ubica la presencia de hongos
Los hongos son el mayor indicador de un exceso de humedad en nuestras plantas. Es importante revisarlas de vez en cuando para saber si han aparecido o no y modificar los cuidados de las plantas para evitar su propagación.
- No riegues con manguera
El uso de manguera como herramienta de riego hace que se desperdicie mucha agua, se salpiquen las hojas de las plantas (que al estar expuestas al sol, se cristalizan y provocan quemaduras), se dañen los tallos por la fuerza con la que el líquido sale de la boquilla y no se calcule la medida exacta de agua que nuestras plantas necesitan.