El cambio climático puede afectar de muchas maneras a la agricultura, con cambios en la temperatura promedio de las regiones, los niveles de precipitación y algunos eventos climáticos extremos. En este contexto, una nueva investigación propone utilizar proteínas de algas marinas para mejorar el crecimiento de cultivos esenciales como el arroz, el trigo y la soya, que podría aumentar el rendimiento de los cultivos hasta en un 60 por ciento.
Mediante una manipulación genética destinada a mejorar la eficiencia de la fotosíntesis en estos cultivos, este método permitiría la producción de más alimentos. También podría hacer a los cultivos más tolerantes al cambio climático y favorecer la reducción de fertilizantes, al disminuir la pérdida de agua de las hojas y facilitar su uso más eficiente.
A través de esta aportación científica, los investigadores esperan contribuir a los esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria alrededor del mundo.
Para esto, en su investigación los científicos recrearon una estructura fotosintética especial presente en las algas. Esta estructura interactúa con una enzima llamada rubisco, clave en el proceso de fotosíntesis. La rubisco, en las plantas, es ineficiente, funcionando apenas a la mitad de su capacidad para capturar y convertir dióxido de carbono e impulsar el crecimiento de las plantas.
Al recrear aquella estructura dentro de los cloroplastos de las plantas, modificando sutilmente la enzima rubisco, el equipo consiguió un comportamiento más similar al de una alga, donde la rubisco suele ser más eficiente. Los resultados es una planta modelo sugieren que estas estructuras podrían integrarse con éxito dentro de los cloroplastos sin obstaculizar el crecimiento de la planta.
Con el objetivo de proteger los cultivos del cambio climático y contribuir a garantizar la seguridad alimentaria del planeta, los científicos trabajan en desarrollar nuevos métodos para conseguirlo. Tal es el caso de este enfoque inspirado en las algas que podrían en un futuro ayudar a diseñar cultivos más productivos y resistentes a los distintos embates del calentamiento global.