Los quelites son hierbas comestibles, su nombre proviene del náhuatl “quilitl”, que significa “hierba tierna comestible”, desde la época prehispánica los quelites eran consumidos por todas las culturas mesoamericanas.
En México se han registrado más de 300 variedades de quelites de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), aunque únicamente estamos familiarizados con alrededor de 30 especies que crecen en diversas regiones del país.
Los principales quelites en México son: el quelite cenizo, el papalo, el huauzontle, los quintoniles, las verdolagas, los berros, la hoja santa, la chaya, el apache, el nabo, lengua de gato, el rábano, el chepil, el epazote, los romeritos y la flor de calabaza.
Puedes encontrar quelites frescos al inicio del ciclo agrícola, cuando termina la época de sequía y comienzan las lluvias ya que, suelen crecer en entornos circundantes a las milpas.
Nutrientes y beneficios
Sus nutrientes varían de acuerdo con la especie, sin embargo, los quelites son una fuente importante de fibra, minerales como el hierro, potasio y calcio, así como vitaminas A y C, y ácidos grasos omega 3 y omega 6.
La vitamina A y la vitamina C son reconocidos antioxidantes que protegen de los radicales libes, y con ello del envejecimiento y otras enfermedades importantes, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Los quelites han sido utilizados desde tiempos prehispánicos y en la actualidad aún son una importante fuente de alimentación, forman parte de dieta complementaria, que junto con la dieta básica conforman el patrón alimenticio de gran parte de la población mexicana.
foto: Directo al paladar