Londres, Escocia y París han decidido aportar por producir vegetales a 33 metros bajo tierra utilizando energía renovable, una de las pocas salidas que tiene la agricultura intensiva en el entorno urbano.
En la capital de Francia, Cycloponics aprovecha las 600 héctareas de un antiguo estacionamiento para el cultivo; mientras que en Londres, Growing Underground ha convertido un refugio de la Segunda Guerra Mundial para crear el huerto bajo tierra más grande de Reino Unido.
Ambos espacios están enfocados en el cultivo de productos con las endivias, las verduras de hoja, las setas o las plantas aromáticas, lo que representa un nuevo modelo de negocio y una nueva tendencia y oportunidad para las grandes ciudades y disminuir la huella de carbono.
Debido a la propia infraestructura de las ciudades, una buena parte de las hortalizas y vegetales que abastece a los comercios proviene de las zonas rurales. Para hacerlo posible, diariamente llegan en camiones a los supermercados, lo que contribuye a elevar la contaminación por dióxido de carbono y el calentamiento global. De tal forma que si las ciudades producen sus propias verduras y hortalizas, se reduce la huella de carbono fijada en cada uno de los alimentos
Los productos cosechados crecen bajo un sistema de cultivos hidropónicos, es decir, lo hacen sin luz solar ni tierra. En sustitución, las plantas reciben la energía lumínica de lámparas LED y reciben los nutrientes necesarios a partir un sistema de riego de agua que les hace llegar disoluciones minerales.