Los futuros del maíz en la Bolsa de Comercio de Chicago (CBOT) experimentaron una caída significativa el miércoles, reflejando las expectativas positivas de una abundante cosecha en Estados Unidos. Esta situación ha obligado a los agricultores a liberar sus reservas de la cosecha anterior, temiendo que los precios sigan cayendo.
El mercado del trigo, por su parte, mostró una ligera recuperación, impulsado por la escasez en la producción de Francia. Sin embargo, la fuerte competencia del trigo ruso y la llegada de nuevas cosechas en el hemisferio norte mantuvieron los precios bajo presión.
Mercado de soya
En contraste, el mercado de la soya vio un aumento en sus precios, principalmente debido al repunte del crudo y a la escalada de tensiones en Medio Oriente. El contrato de soya más activo subió a 10.23 dólares por bushel, a pesar de haber tocado un nuevo mínimo de 10.12 dólares, un nivel no visto desde septiembre de 2020. Mientras tanto, el maíz, cerca de sus precios más bajos en casi cuatro años, se negoció a 4.03 dólares por bushel.
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En cuanto al trigo, aunque logró una ganancia de 7 centavos, cerró en 5.3175 dólares por bushel, en un entorno dominado por las presiones de oferta y la fuerte cosecha en EE.UU.
En julio, el panorama fue desalentador para los granos: el maíz retrocedió un 1.81%, el trigo cayó un 5.56% y la soya disminuyó un 12.69%. Las expectativas de un clima favorable sin eventos que puedan amenazar las cosechas, junto con las recientes lluvias, continúan influyendo en los precios, especialmente del maíz y la soya.
Los agricultores, ante la falta de esperanzas de una recuperación de los precios, están vendiendo lo que queda de sus reservas para hacer espacio a la nueva cosecha. En este contexto, la subida del precio del aceite de soya se ha visto reforzada por las tensiones geopolíticas, especialmente después del asesinato de un líder clave en Oriente Medio, lo que afectó a los mercados de biocombustibles.